Se va muriendo
poco a poco el romanticismo
-la delicadeza, el tacto, por el gusto...-,
queda sólo para los enamorados
que están en otra dimensión
-tocando casi el cielo con las manos-.
Mueren los soñadores y los idealistas
y arrastran su mundo de fantasías.
Muere el romanticismo
-por las cosas bien hechas-
con cariño y con mimo
“queriéndolas”... con las manos,
poniéndole “ganas”,
todo con entidad propia
con trozos de vida y de alma.
Muere ese personaje histórico
-de a pie- ¿qué tal Seña María?
¿y don José? ¡Salude a su mujer!
Muere el romanticismo
por el buen comer y beber
tertuliando con un buen vino...
que además de ser un placer ¡anima!
Muere el romanticismo,
ese paseo reparador
que también invita a la reflexión...
y extraer el jugo de una flor
empapado en su olor
o ver al pajarillo novicio
en su primer día de vuelo
bajar del nido
a ganarse el primer sueldo
y mirar para los arribas
en sus días de luz
o cuando están casi apagados
-buscando destino-
y seguir con la mirada
los ojos “de esos niños”
que rían o lloren
tienen una luz especial
-de inocencia y naturalidad-
y siempre tienen esperanza para regalar
¿de verdad se nos acaba el romanticismo?
¡Qué mal!
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31-1-09
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¿MUERE EL ROMANTICISMO?... POR LO SENSIBLE, POR EL TRATO Y LA EDUCACION, POR LAS COSAS BIEN HECHAS, POR LAS COSAS GÜENAS, POR LO NATURAL, POR LO SENCILLO, POR LO AUTENTICO, POR LO AÑEJO, POR LOS CODIGOS DE HONOR, ETC. Javier
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ResponderEliminarQuerido Javier, el romanticismo morirá cuando muera el último romántico -aún quedamos algunos de diversas edades-. Convengo que las buenas costumbres - el refinamiento y la buena educación- tienden a desaparecer pero, al menos yo, no me alarmaría tanto. No conozco tu perspectiva, no es lo mismo vivir en Madrid que en Nicaragua, 'atrasada' y pueblerina.
Como quiera que sea te invito a ser optimista y mantener en ti y desplegar la bandera del romanticismo, necesitamos militantes que lo conserven. Necesitamos, tú y yo, conservarlo.
Recibí un fuerte abrazo y un bes♥.
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