
Ahora sí,
creo en los Ángeles
¡niña!
sin saber por qué,
te despiertas
en el infierno:
ni se sabe
cuánto tiempo,
bailando con fuego.
-por supervivencia-
como cenicienta:
alimentando –la llama-,
que a la vez te quemaba.
Marchaste
sin decir ni por qué,
en busca de nuevos horizontes,
y poco a poco
te hiciste mujer.
Ángel venido de los Fuegos,
mis antepasados Dioses del Olimpo,
te reservan un hueco
en el Reino de los Cielos.
creo en los Ángeles
¡niña!
sin saber por qué,
te despiertas
en el infierno:
ni se sabe
cuánto tiempo,
bailando con fuego.
-por supervivencia-
como cenicienta:
alimentando –la llama-,
que a la vez te quemaba.
Marchaste
sin decir ni por qué,
en busca de nuevos horizontes,
y poco a poco
te hiciste mujer.
Ángel venido de los Fuegos,
mis antepasados Dioses del Olimpo,
te reservan un hueco
en el Reino de los Cielos.