
con un corazón
que no les cabe
en el regazo,
-de retales-
hechos con mimo
para los niños,
compañeros de sueños
y de juegos...
-repletos de cariño-,
alma de gorrión
-plena de libertad-
en su interior.
Soportando
la desidia del tiempo
en un cajón,
y esperando
que algún día
les rescate
del olvido...
algún atrevido.
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12-3-07
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(175)
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Querido Javier, nunca tuve muñecos de trapo y ahora de mayor puedo hacerlos, pero con la cabeza y las manos hechas en fábrica-esas las venden para tal propósito. No obstante, en Masaya que nuestra "capital de lo típico", venden unas muñecas indias de trapo que los turistas compran. Desde luego, si quisiese podría hacerlas, nada tienen de complicado.
ResponderEliminarUn bes♥
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