
Me falta un trozo de mi alma
y no lo encuentro,
lo he perdido por el camino
sin querer, ...sufriendo.
Maldita indiferencia
profundo lamento,
creí poder con ella
y sin embargo,
estoy muriendo...
cuando el silencio suena
y la soledad duele,
me resigno a lo inevitable
y simplemente,-espero-.
y no lo encuentro,
lo he perdido por el camino
sin querer, ...sufriendo.
Maldita indiferencia
profundo lamento,
creí poder con ella
y sin embargo,
estoy muriendo...
cuando el silencio suena
y la soledad duele,
me resigno a lo inevitable
y simplemente,-espero-.
Pues la indiferencia mata, no dejemos que lo haga.
ResponderEliminarPrecioso poema Javi, un abrazo.
Algo más de un mes llevo viviendo en Madrid. Lo que parecía el gran sueño de una joven con ganas de conocer la gran ciudad y escapar de Segovia y de "lo mismo de siempre" se ha convertido en una pelea diaria contra ese "silencio que suena" y una soledad que duele -como dices en tu poema-.
ResponderEliminarSi tuviera que destacar algo de Madrid es, sin duda, la indiferencia de la gente. Un pequeño gesto de complicidad, inesperado, de cualquier persona, me valdría para no acordarme tanto mi Segovia, su encanto, sus gentes, los saludos de la gente por calle,..., y todas esas pequeñas cosas a las que no daba importancia alguna.
Me ha gustado mucho leer tu poema.
Muchas gracias por tu llamada.
Querido Javier, la indiferencia es una lacra social que permite injusticias sociales.
ResponderEliminarNunca permitamos que nos contagie la indiferencia...
Un beso
.
ResponderEliminarCariño, no permitamos la indiferencia en el desarrollo de nuestras vidas. Siempre hay cosas buenas por las que vivir.
Un bes♥
.