Dibujaré tu despertar...

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Despierta y vive...
¡abre las ventanas de tu alma!
-todavía somnolienta y aturdida-.
Estoy sola ¿se marchó ya?
“sueño o realidad”...
Luz de día –no asusta-
y que acaricia difuminando
los espacios y las formas
y despierta tu mirada y la sonrisa
agradeciendo al nuevo día,
con fragancias silvestres
atrevidas –encantadoras-,
envuelta en el velo arropador
-de calor de noche-
y “caritas”con la almohada
desnudándote de la sábana...
mostrando a la luz
-tu Venus escondida-
jugueteando en tu desnudez
tus encantos y “gracias”
y de un salto “sentada”
“cabeza gacha”
dando órdenes a la máquina
-que se ponga el engranaje en marcha,
atusándote -la que engalana-
-esa revoltosa hasta domeñarla-.
¡Arriba! en marcha...
el aire agradece tus contorneos
y cede el gusto al agua...
brillos y transluces
resbalan en las olas...
suaves de la armonía
que de por sí hacen música
-la del movimiento-
¡que pare el tiempo en su olear
que se deja llevar –y viene y va-
en esa soledad
-la que da tranquilidad-
de ser invisible para los demás
y te sientes segura
-la que da la libertad-
al no sentirte obligada a nada,
¡ni siquiera a estar guapa!. . .


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6-2-09
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En mi permanente admiración por la mujer -física y emocionalmente (con su forma de sentir especial)- porque descartado queda lo intelectual ya que pueden ser tanto o más que nosotros. En este poema quiero dibujarla en su despertar confuso como cualquier despertar y juega, sencilla, sensual, grácil (cuando nace al día y se despereza -a la vida-) Diosa de la belleza -y juega y revolotea-desinhibida. Y piensa y planifica... Y roba al aire y al agua sus caricias con sus olas y su olear haciendo música consiguiendo la paz... Javier

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