Luces que pretenden “a la Noche”
desplegando sus colores,
-las mejores galas-
para conseguir sus favores.
Vuelan alto...
-seduciéndola en las alturas-
como un pavo real
despliega su cola
para impresionar a la novia.
Luces fugaces, efímeras...
que se baten para inseminarla
“privilegio solo de una”
lo justo “para que la Reina”
quede preñaa...
-suspirando por otras luces-.
Esas luces que no llegan
-las de menos fuerzas-,
pero la Noche las quiere...
por las limpias estelas que dejan,
sabiendo que son plebeyas,
-sí...del montón-
pero con un brillo especial,
y que pasan desapercibidas
-hermanadas con lo invisible-
Haciendo“Camino”en la Nada...
“Ese Camino” con destellos
-para bien aterrizar-
porque caen de las alturas
sin haber podido llegar
-pero saben tomar tierra-.
Y la primera –la fugaz-
insemina !es verdad!
pero de tanta prisa
se olvida de bajar.
“La Noche sabia”...
se dejó preñar
por la luz más fuerte y bella
-por Ley natural-
y sin embargo
esta enamoraa de las plebeyas
-que no pudieron llegar-,
que no pueden levantar bandera,
pero que hacen “Camino”
saboreando lo de delante y lo de atrás,
que saben dar mimos,
que regalan esa luz invisible...
a cualquier luz que la necesite
-con encanto y generosidad-
y abriendo “Camino”
al amparo “de la Noche”
-que está enamorada de ellas-
...aún no siendo fugaces,
aunque no tengan fuerzas,
-y que no han podido llegar-,
que son plebeyas,
además no son bellas...
Pero con un brillo especial
-y que pasan desapercibidas-
dejando una estela invisible
“que las hace atractivas”.
“La Noche” no es enamoradiza”
-es que esas luces tienen algo-...
que del todo no se puede explicar.
Será “Esa Estela en el Camino”
que aún –sin tener fuerza-
dejan al pasar.
1/1/09
.
Querido Javier.
ResponderEliminarLas luces artificiales de Navidad por muy bellas que se presenten no me impresionan mucho. Conocí la luz eléctrica hasta los trece años, sólo para alumbrado, y fue hasta que llegué a Managua a los diecisiete que conocí el uso de la energía en TV, refrigeradoras, etc. No me comporté como pueblerina asombrada por todo sino que todo lo fui asimilando como si ya lo conociera.
Las luces naturales del firmamento me siguen impresionando como cuando era niña sólo que ya no son un misterio para mí pues el tema astronómico me fascina, de todas maneras, cómo disfruto -¡ME ENCANTA!-una luna llena en todo su esplendor en un cielo límpido, especialmente si estoy fuera de la ciudad. Éso siempre me maravilla.
Creo que el uso -no el abuso de las casas comerciales- de las luces artificiales dejan entrever el interés de las personas por la paz y el amor en confraternidad, éso me gusta-, lástima que en la mayoría de los casos ese interés se apaga cuando las luces lo hacen.
Me gusta tu poema, disculpá que mi comentario fue tangencial.
Un bes♥