Sentado a barra fija
tomando café,
con música de fondo
y bolígrafo deseoso.
Esperando acontecimientos
pero sin prisa...
Tabaco, por favor,
-por la ventanilla-
menos mal...
una cara bonita.
El tabernero
en compás de espera,
de lo que los clientes
piden y desean.
Algunos tertulian
del día a día
y de la vida.
Otro deshojando
el periódico,
-en busca de la noticia-.
Por favor,un refresco
y suena la máquina tragaperras,
expropiadoras de dineros
-regaladoras de quimeras-.
Por la calle
los ensortijados de una nena,
revoloteándolos
-morenita ella-.
Una paloma blanca y canela
paseándose por la acera,
es la hora del almuerzo
y algo caerá cerca.
El de la cerveza
-a llenar la despensa-,
para cuando tenga a bien
venir la clientela.
Suma y sigue
-y más de lo mismo-
o distinto...
hay que estar fino.
21-08-08
.
Bien reflejado el día a día de nuestro amigo y en cierta forma confesor
ResponderEliminarQuerido Javier, no suele ser fácil encontrar estos sitios entrañables en los que uno se sienta muy a gusto.
ResponderEliminarYo no suelo visitar sitios pero es muy interesante hacerlo, sobre todo para alguien a quien le gusta escribir por las distintas personas que llegan eventualmente y las que frecuentan siempre el lugar.
Managua cuenta con millón y medio de habitantes pero es muy extensa debido a que en el terremoto perdió el centro el que ahora es solo un área para oficinas, es decir, no hay viviendas en la parte céntrica. Antes de 1972 existían esos sitios pequeños y abigarrados. Aquí excepcionalmente hay viviendas de más de un piso. En los últimos años se han construido hoteles de varios pisos.
No sé si venga al caso contarte ésto, lo que quiero enfatizar es que los bares y similares tienen suficiente espacio y los hay muchos en las afueras de la ciudad porque ése fue un fenómeno importante, la gente empezó a asentarse en los alrededores por lo que la ciudad es extensa, con sus ventajas y desventajas.
Este lugar que frecuentas tienes la ventaja de tenerlo cercano.
Qué bien cuando puedes pasar momentos a tu gusto.
Un beso.
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