Suenan campanas a lluvia
cae del cielo a mares,
para limpiar las conciencias
del gigante y sus secuaces;
que ahoguen su prepotencia,
en la profundidad
de nuestros males.
¡qué peliculeros sois!
las películas las hacéis de verdad,
y la realidad de película.
Se acaba vuestra hegemonía
Suenan campanas a lluvia
-llueve a cántaros-
por vosotros desalmados,
que un día temprano,
nos despertásteis
con sangre, dolor y espanto;
amparados en no sé qué dios
matásteis a mis hermanos;
vagaréis en la inmensidad
de lo eterno,
para expiar vuestro pecado.
Suenan campanas a lluvia
-caigan chuzos de punta-
cielos emborronados
por los que maltratan mis mares,
queman nuestros bosques,
por vosotros truhanes especuladores;
gaviotas con crespones negros,
dolor de fuego,
nos arrancáis hasta el pellejo.
Suenen campanas de júbilo,
por la solidaridad espontánea
-no hay lugar al lamento-
hágase el orden mundial
sin doble moral,
que las religiones
se dobleguen ante la conciencia individual,
y que los intereses económicos,
sirvan para el bien
y el equilibrio de la humanidad.
Suenen campanas de lluvia
-CON REFLEJOS DE ESMERALDA-
para aliviar el dolor
de ese collar de espinas,
cuando se me clava en la garganta,
y ahoga mis palabras.
cae del cielo a mares,
para limpiar las conciencias
del gigante y sus secuaces;
que ahoguen su prepotencia,
en la profundidad
de nuestros males.
¡qué peliculeros sois!
las películas las hacéis de verdad,
y la realidad de película.
Se acaba vuestra hegemonía
Suenan campanas a lluvia
-llueve a cántaros-
por vosotros desalmados,
que un día temprano,
nos despertásteis
con sangre, dolor y espanto;
amparados en no sé qué dios
matásteis a mis hermanos;
vagaréis en la inmensidad
de lo eterno,
para expiar vuestro pecado.
Suenan campanas a lluvia
-caigan chuzos de punta-
cielos emborronados
por los que maltratan mis mares,
queman nuestros bosques,
por vosotros truhanes especuladores;
gaviotas con crespones negros,
dolor de fuego,
nos arrancáis hasta el pellejo.
Suenen campanas de júbilo,
por la solidaridad espontánea
-no hay lugar al lamento-
hágase el orden mundial
sin doble moral,
que las religiones
se dobleguen ante la conciencia individual,
y que los intereses económicos,
sirvan para el bien
y el equilibrio de la humanidad.
Suenen campanas de lluvia
-CON REFLEJOS DE ESMERALDA-
para aliviar el dolor
de ese collar de espinas,
cuando se me clava en la garganta,
y ahoga mis palabras.
" Suenen campanas de júbilo,
ResponderEliminarpor la solidaridad espontánea
-no hay lugar al lamento-
hágase el orden mundial
sin doble moral,
que las religiones
se dobleguen ante la conciencia individual,
y que los intereses económicos,
sirvan para el bien
y el equilibrio de la humanidad."
Que suenen, suenen y resuenen. ¡Y enhorabuena!.
Gracias, poeta.
Querido Javier, qué bien ideado y bien hilvanado está este poema, con excelentes metáforas. Y con una realidad aplastante.
ResponderEliminarLa solidaridad es indispensable para vencer la arrogancia del gigante, para solucionar los problemas del planeta.
Salud♥s