Gnomos, duendes y ninfas del campo.

Entre la hojarasca del campo
paseando una mañana temprano,
me dio la impresión de ver saltando
un duendecillo enano.
Al volver al pueblo y contarlo:
unos decían que podía ser un gnomo,
otros cuestión visionaria,
y sin embargo yo creo, que fue un duende enamorado.
A partir de entonces fui con mil ojos:
y a mi alrededor, con mi cesta para las setas
un tranquilo y viejo gnomo
y juguetones duendes y ninfas enamoradas.
Mi vida cambió
sentía una brisa mágica,
serían los duendes y ninfas enamoradas
o los gnomos tranquilos, sabios y con su magia.

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