
¡Ay, tú! duende escurridizo,
caprichoso por demás,
apareces cuando quieres,
y por la misma te vas.
Duende que eres capaz
de dejarnos sentir lo inmenso,
-cuando el artista se extasía-
y nos envuelves con tus destellos.
El gentío populachero sabe,
que pasa algo, y que pasará más,
sin saber el qué, disfruta como si fuera,
para nunca jamás,
¡Ay, duende rebelde,
nadie sabe, de donde vienes y por qué,
llegas cuando quieres,
entras por la puerta grande y no te dejas ver.
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caprichoso por demás,
apareces cuando quieres,
y por la misma te vas.
Duende que eres capaz
de dejarnos sentir lo inmenso,
-cuando el artista se extasía-
y nos envuelves con tus destellos.
El gentío populachero sabe,
que pasa algo, y que pasará más,
sin saber el qué, disfruta como si fuera,
para nunca jamás,
¡Ay, duende rebelde,
nadie sabe, de donde vienes y por qué,
llegas cuando quieres,
entras por la puerta grande y no te dejas ver.
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Querido Javier, este es un poema muy bonito que describe muy bien al "duendecillo" ése llamado inspiración: ¡tan escurridizo a veces, tan presto en otras!...
ResponderEliminarUn bes♥
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