
-mi mente-,
quema mi cuerpo
y a la vez,mi alma.
Lléname de ti.
Son las lágrimas
del león errante:
libre, salvaje;
que nadie entiende,
excepto su hembra
-su amiga-
aquella que no tiene
más remedio que soñar,
cuando el volcán explota;
cuando la ansiedad
quema su llanto,
y solo sé mirarle,
observar,
aprender,
y en mi sufrimiento...
callarme.
RECORDANDO A MAR...
Querido Javier, respetando las distancias, sé éso de:
ResponderEliminar"y solo sé mirarle,
observar,
aprender,
y en mi sufrimiento...
callarme."
Claro, desde otras perspectivas, porque "no es lo mismo verla venir que platicar con ella", pero sí, es dolorosa la impotencia cuando se desea ayudar y no se puede.
Un bes♥